La Vuelta

Queridos nietos blogueros:

Por fin he llegado del Brasil. Estuve en casa de mi nieto el pequeño unos días porque el otro estaba ausente. Me lo pasé muy bien con mis nietos pero acordándome de vosotros. El creo que puso un escrito de que yo no podía teclear porque no estaba mi nieto que es el que me teclea. Los demás no quieren teclear, y tampoco se lo pido. Si lo hacen, es porque quiren… pero yo obligar no les obligo. No soy quien.

Y me lo pase muy bien con los nietos que están muy contentos porque están esperando a su hijita en el mes de Septiembre. Pero claro, hoy ya vien para casa de Daniel y me va a teclear. Y estoy contenta porque me lo pase muy bien.

Ahora pronto me voy a marchar a Muxía y no sé como hacer, porque voy a estar 2 meses y medio y no tengo quien me teclee. Se lo voy a pedir a la Muxiana, que es una bloguera nuestra. A ver si ella, como va a ir a Muxía, lleva el Internet y me quiere teclear allí un poco, y así os hablare de cómo lo esté pasando.

Yo, desde luego, en el Brasil lo pasé formidablemente. Al ir para allá el avión hizo de las suyas pero bueno, llegué bien gracias a Dios. Ahora que el regreso fue fabuloso. El avión era nuevecito y muchísimo más grande, pero vaya viaje más estupendo que hizo. Ni me enteré. Lo pasé barbaramente y quisiera volver. Si tuviera la salud, que no tengo mucha, claro, a mi edad. Esta artrosis que no me deja en paz, que allí también me dio en la cadera un poco de dolor. Pero sólo duró 3 días, y aquí me tiene durado 1 mes y 15 días.

También es que tuve muy buenos cuidados, porque no me dejaron ni un minuto las enfermeras. Unas muy atentísimas, me dio unas compresas calientes y unas pomadas que me pusieron nueva. Ni inyecciones ni nada. Aquí me tienen dado 14 inyecciones y allí nada, todo fue con compresas.

Y yo salía, iba para el jardín, me sentaba allí en una silla. Y veía pasar gente y me distraía, porque todo el mundo me hablaba. Para mí fue una temporada fabulosa. Con decir que, si para Diciembre me encontrase bien o antes, si alguno de mis nietos fueran por allí, ya iba yo con él. Y aunque regresara él, yo quedaba unos días más.

Me trataron a cuerpo de rey. Allí no me faltaba nada, médicos, medicinas, todo lo que me diese la gana.

Y después las atenciones. Estos brasileiros tienen mucho corazón, que se dan al prójimo. Que nosotros también somos cariñosos los españoles, que acogemos a todos los forasteros que llegan e inmigrantes.

Pero no tenemos la dulzura de ellos. Ellos son muy dulces. Un cariño…ya es demasiado, ya…se desviven por complacerte y para que tú estes contenta. Porque si te ven en un momento disgustado porque tienes dolor o tal, parece que lo sienten ellos. Tienen una manera de ser fabulosa.

Yo estoy encantada. Al menos, por el sitio en donde estuve yo. Ese sitio es más pobre, quiero decir, no es ciudad. Pobre no es, porque las riquezas que tienen en ese bosque, son algo terrible. Arboles preciosos, mangos, muchos arbustos que yo desconocía, plataneras, azucar. Está todo muy cuidado en eso, pero hay pobreza en esos pueblos cercanos al hotel.

Y ese pueblecito es precioso. Yo me acuerdo ahora como se llama, “Jenjigobi” o “Jinjigobi”. Yo ahora no me acuerdo porque yo de nombres y fechas estoy fatal. Y aquello es delicioso. Tienes la playa que es inmensa, inmensa. Un colorido precioso y aquellas palmeras. Y despues tiene una subida a la finca, ya casi rozando con la playa. Y es otra playita que tienen ellos para poner las hamacas y las sombrillas. Y allí estas deliciosamente tomando el sol. Y cuando menos te lo esperes viene un camarero y te sirve lo que tu quieras. Porque dicen que va con lo que pagues de Pensión. Después no te cobran nada, tomes lo que tomes. Por las mañanas, por las tardes, servido a todas las horas…Después dan el aperitivo, elijes tú lo que quieres. Bueno, el no va mas, el hotel es delicioso.

El parque no lo doy andado. Pero hay unos cochecitos que te llevan por el parque si quieres y no puedes andar tanto. Y te llevan a dar un paseíto y conoces todo el parque. Porque es maravilloso y es muy grande.

Continuará…