13-7

Queridos nietos: Ya sabeis, hoy estoy contentísima. Por fin mi tensión está estupendísimamente, porque la tenía descompensada y ya estaba nerviosa. Porque la tenía descompensada y yo estaba nerviosa con esa tensión tan descompensada. Y hoy me encuentro admirable, porque fuí al médico y tengo 13-7. Porque siempre tenía 5 de mínima, y llegué al 7. Y tengo 13. Está compensadísima. Estoy contentísima.

Y hoy hasta tuve ganas de trabajar un poco, y estuve haciendo croquetas, de 2 clases: de bacalao y de carne, con su jamoncito y todo. Deben estar riquísimas. Mañana las comeremos.

Y estoy contentísima. Antes estaba deprimida, y desde ayer empezó esta mejoría. Dios quiera que me dure tan siquiera el verano, porque al invierno le tengo miedo. Gracias a Dios, ayer y hoy me encuentro bastante bien, muy animada. Bueno, del reuma no, claro, que sigue siempre con dolor aquí en el cuello que me mata. Pero ya no es el decaimiento tan grande que tenía.

Estos días la verdad no tenía muchas ganas de hablar porque estaba muy agotada, y además no me salían así tan espontáneas las cosas. Porque ahora también me doy cuenta de que a veces no me acuerdo como se llama una cosa que quiero decir. No me sale en ese momento. Ya es la edad. Pero como no tengo ganas de ser vieja y lo soy, pero tengo un caracter alegre y me voy defendiendo de esta vejez tan repugnante.

Porque hay a quien le gusta mucho la vejez. No. La vejez es muy fea, se va uno desmoronando. Los dientes, los ojos, caen las pestañas, aquellos ojazos. Lo más bonito que queda es el pelo blanco que es muy bonito, pero lo demás...la cara es una pasa de arrugada, ni quiero mirarme al espejo.

Me volví tan fea que cuando me veo en la televisión que me hicieron esas entrevistas me cae el alma. Porque me encuentro viejísima. Se nos arruga mucho la cara a mis hermanas y a mí.

Hoy me preguntaba una periodista de Bilbao que me hizo una entrevista si tenía amigas de mi edad. No, yo no tengo amigas de mi edad porque todas me han muerto. Y además, algunas que quedan que son más jóvenes que yo, no congenio con ellas. Porque me dicen que yo soy...tu eres libre, te gustan las cosas modernas, y me tienen por media... que no que no, que no soy como ellas. No, yo no. A ellas le encanta seguir con aquella vida.

A mí no. A mi me gusta evolucionar. Cada vez que hay una cosa como este Internet que entretiene tanto y se aprende tantas cosas. Porque las malas, con no cojerlas, ya está. Como a mí las cosas soeces no me gustan, pues ya no las oigo. Pero todo lo demás...vamos... esto se aprende de todo, es un profesor de lo mejor, de lo mejor.

Sobre todo para los niños, teniendo cuidado de que no salgan cosas que dicen que salen. ¡Que Yo nunca las vi, eh!. Yo no tropeze con ellas. Bueno, tampoco sé manejarlo mucho, pero nunca... no.

Yo lo que cojí fué muchas amistades. Miles, miles. Y que todos me quieren y me dicen cosas tan bonitas. Y este Quenxe que me escribe esas poesías preciosísimas. Quería saber de esa nieta que ibas a tener y que tal estas de salud. Porque estos días estuviste sin escribir. Porque tú eres muy gracioso y te gusta animar a la gente. Tienes buen corazón. También tu madre lo tenía, y tu padre, que buen corazón. Tu padre era amigo del amigo, ay eso sí, con mi padre eran muy amigos, muy amigos.

Y así me voy pasando las tardes. Cuando hablo aún me entretengo porque parece que estoy con vosotros. Pero si tuviera la Banda, la Banda Ancha, me parece que se dice así, os veía y era mi felicidad. Pero esta Telefónica no hace caso. Y el Gobierno también no toma el asunto. Porque es lo menos que puede hacer para estos viejos que viven por aquí. Pero se hacen los tontos, y también tenemos nuestros derechos porque pagamos nuestras contribuciones y las cosas.

Y el Estado debía de querer hacernos felices. Y el Internet tiene que llegar a todos los hogares de España que buena falta hace. Y con esa banda se verían cosas muy bonitas, y así es hablar mirando una pantalla. Y de la otra manera se ve el personaje. Y para nosotros los mayores sería estupendo, porque hay tanta soledad. Que no tienen ni con quien hablar.

Y hasta serían más modernos también, a ver si no soñaban con tanta vida antigua. Porque es siempre criticar todas las cosas modernas. Hay muy buenas cosas desde que esto avanzó. Gente más culta, gente que sabe expresarse, y da gusto oírlas. Por eso yo tampoco voy a las reuniones donde haya viejas, porque... me aburría de las conversaciones. Yo quiero cosas modernas, que aquello no era vivir.

Ahora la mujer...ay que libertad tiene. Y yo ya llegué tarde, mal y arrastro, tan viejiña que soy. Yo quería estar en esta juventud.

Y soy ahora amiga de algunos señores jóvenes, que están casados. Y me entretiene más la conversación de ellos que la de las mujeres. Porque el hombre critica menos. Y aquí cada uno que haga lo que quiera. Yo soy de esas personas que cada uno vida su vida. Y no se metan en enjuiciar sin venir al cuento. Que eso pasaba mucho en mi juventud, no había otra cosa y a criticar.

Bueno hijiños, no os tengo más que decir, que os quiero muchísimo, muchísimo...y nunca creí que me quisiera tanta gente que pregunta por mí, una mujer sencilla. Para mí fue una sorpresa... Pero claro, que hace gracia porque soy una persona mayor y quiero vivir la vida.

Y es muy triste también llegar a estos años y no tener ilusión de vivir. Porque sabes que no lo vas a vivir. Porque una chica de 20 años, de 30, de 40, de 50, dice: "Ay, aun me queda...". Puede morirse, pero yo no puedo decir "Ay, aún me queda". Porque si me viene otra gripe, adiós muy buenas. Porque me dejaron muy débil, muy débil. Y muy triste. Antes, cuando enfermaba, no pensaba que iba a morirme, pero ahora sí. Así que tengo una vuelta, ya estoy mal de la enfermedad, y encima los nervios de que creo que me voy a morir, que me pongo terrible.

Pero ahora parece que estoy más animada. Estoy más contenta.