Desde Rusia a Muxía

Daria Yuryeva, corresponsal de Rossiyskaya Gazeta, visita a María Amelia en Muxía.

A la rusa le gustó mucho Muxía. Vino ex-proceso a verme. Yo me quede pasmada, que desde Rusia viniera a verme, a una viejecita que no tiene merito ninguno. Pero ella se lo dió, porque dice que en Rusia a los viejos nos tratan muy bien. y eso que aquí en España hablaban de Rusia que decían que ni matrimonios había y que no había hogar.

Pues ella me contó de que a la mujer rusa no le gusta ir a trabajar afuera. Trabaja porque no le queda más remedio, pero le gusta más quedar en su hogar a cuidar a sus hijos y a su marido. Y fíjate, allí si a una abuela o a una madre la ponen en una residencia, la gente lo mira con desprecio. Así que están mejor en Rusia que aquí en España. Porque yo veo que aquí los hijos las dejan tiradas en la residencia y no van a verlas siquiera. Ni un ramito el Día de su madre, ni un bombón el día de su madre. Esto lo quiero yo decir porque eso no se hace.

Y hablan mal de Rusia. Rusia tiene hogar y quiere a la anciana. Y esta señora periodista, que es del estado el periódico, esto no me lo va a poner en castellano, porque ese periódico nada más que lo escriben en ruso. Pero me lo va a descifrar y me lo manda para mí, para que yo me entere de lo que habla ella en el periódico.

Pues ya digo. Yo quede pasmada de lo que habla de las ancianas. Dicen que ponen salas para que lo pasen bien, reuniones. Y que les quieren comprar estos "Internes" para que ellas hagan lo que hice yo. Y aquí en España no se molestan. ¡Yo no ví ninguna residencia que le regalaran un Internet a una vieja y que le vinieran a enseñar a teclear!. Y allí sí.

¡Por eso vino a verme a mí!. Porque tenía yo esa intención...como se me ocurrió a mí. Yo ya le dije: me lo regalo mi nieto al verme tan interesada.

Y ahora le digo a todas las ancianitas españolas, que algunas me tienen como que no estoy bien, que esa es una tontería...lo que estoy hablando...y todo eso. Pero no saben ellas lo que entretiene. Porque la anciana está sola, nadie la mira ahora. Y conversa con los de Internet, con los blogueros, y lo pasa fenómeno. ¡Yo lo paso fenómeno!. Y entrevistas que uno tiene, y conocimientos.

Y después esa rusa me trajo la muñeca de regalo de Rusia, que es preciosa. Es de madera, toda decorada preciosa con unas flores y la cara de la muñeca. Se abre y empiezan a salir muñequitas que son como frasquitos. Preciosa, una preciosidad. Con un cariño me la regaló que yo le estoy agradecidísima.

Era cariñosísima. La llevé a la Capilla de la Barca. Allí se santiguó, porque ellas tienen una religión parecida a la nuestra.

Simpatiquísima. Y joven, una chica jovencísima. Y hablaba español, francés, ingles y gallego, que fue lo que me extrañó cuando me contestó en gallego. Quede aterrorizada. Dijo ella que ya estuviera un año en Barcelona.

Me encantó la chica. Y tengo ganas de ir a Rusia. Dice que Rusia se parece a España en su manera de pensar. Y dije yo: "Sí, pero es muy aburrida. No tienen cafés ni sitios para charlar". Ella me contestó que ahora los están abriendo y va a haber más diversión así.

Pero en hogar aún mejor que España. Así que no hableis mal de Rusia, porque es un ejemplo tratando a las viejas.