Hoy fui feliz en Muxía

Esta es la ría de Muxía, que linda, que linda...preciosas las fotos.

¡Que preciosidad!. Mire que paseo. ¡Este sí que es un paseo!. Largo, extenso...se respira. Aquí está el Cabo Villano, que es una preciosidad. Estos son estos cosos del viento.


Este es mi Santuario. Aquí yo no fui bautizada, este es el Santuario de la Barca, la patrona. Cuando es la novena yo me emociono...


Hoy fui feliz en Muxía. Felicísima. Vi todo esto que os estoy enseñando. Que es digno de verse. Porque los gallegos están dormidos, caramba. ¡Qué belleza tiene este pueblo!. Y nunca hablan de él. Había que enseñar el pueblo, estas vistas maravillosas, que son preciosísimas.

Yo comprendo que Galicia es un paisaje. En bosques, en mar, en playas...pero nunca le dábamos importancia. Bueno, yo siempre les di importancia eh. Aunque no tengo una cultura tal...sí que les di importancia.

Esta piedra, que es una preciosidad, es de los Cadrises, en el Santuario de Muxía. Esta es la vela donde vino la Barca de la Virgen y se convirtió en piedra. La vela. Y ahí quedó. Hay mucho temporal, pero nunca llegó a destrozar. Mira que pasan por ahí olas y olas, hasta llegan al Santuario cuando está bravo.




Fíjense, hoy es un día de calma con sol, y que olas no hay. ¡Qué fuerza tiene este mar!. Y que azul es, no se fijan, es precioso.



Esto es una preciosidad. Ahí estoy yo enseñando con el dedo a Pedra dos Cadrises.


Y esta es la Pedra de Abalar, pero a mis años no pude pasar ese canelón, montar la rodilla, y cuanto lo sentí. Cuanto lo sentí no darle un beso a la Piedra de la Barca.

Que preciosidad. Vosotros no me creíais lo que era Muxía, pero ahora lo estáis viendo. Es un pueblo divino. Y los gallegos no le dan importancia. Ahora que de fuera vienen muchísimos. Todas estas que están sentadas en la piedra, son de fuera, no son de Muxía.

Es preciosa la piedra. Pues esa se mueve cuando quiere ella. Cuando no quiere, no se mueve. Esta es la piedra.


Y esta es la Capilla.



Y en estas peñas todas las noches nos juntábamos nuestros familiares todos. Salíamos de la misa, a las 7 de la tarde, en aquel tiempo que yo era una pollita, una niña, pues nos sentábamos en el atrio con toda la familia.

Por aquí anda el timón de la Barca, en donde vino la Virgen, en la barca de piedra. Pero ahora a mí no me alcanza la vista y no lo veo. Y ahí abajo no puedo bajar, porque son muchas peñas. Una vieja tiene ya las rodillas con artrosis.



Pues esto es un encanto.

Pues mire, yo en Septiembre, pensaba ya no volver a Muxía, porque me encontraba cansada. Hoy tuve que hablar en el Ayuntamiento y en donde estaba Internet, y se me iban las ideas, estaba muy cansada. Pero por ver a Muxía, cuando me despedí este año del verano, el 14 de Septiembre, dije Adios Muxía, que este año ya no te vuelvo a ver.

Y mire, Dios quiso que volviese a Muxía hoy. Para mí fue una regalía. ¡¡¡Y que día hacía en Muxía!!!. ¡¡¡Qué preciosidad!!!. No se movía casi el mar. Pero mire como está eh. Siempre está batido en estos sitios. Pero, en el pueblo, la Ría estaba apaciguada. Pero al llegar aquí, y eso que hoy era un día de calma, fíjese como se bate el mar. No le digo nada como el invierno, que llega casi al Santuario. Fiero, bravo, imponente, aquello asusta.



Y después fuí al Ayuntamiento. Y me saludaron. Y me dieron un ramo de flores rosas, porque claro, es nuestro partido, el socialismo. y la flor indicada es el capullo rojo, la flor roja. y me dieron un ramo precioso. Una preciosidad de ramo. Y después el Escudo del Concello, que vine orgullosísima con él. Ya lo coloqué en mi habitación. Le digo que es una verdadera preciosidad. Un día que me hagan una fotografía lo pongo en el Internet, para que lo vean.

Un regalo muy bonito y estoy orgullosísima. Nunca creí que me regalasen el escudo del Concello. Quedé impresionada. Lo que menos esperaba. A mi vejez, el regalo que he tenido. Dios me lo concedió porque sabe el cariño que tengo a Muxía. Y ahora, con escudo que me regaló el señor alcalde y todo el ayuntamiento, le agradezco muchísimo ese halago tan grande que no soy merecedora de ello.

Como que hice una cosa grande por Muxía. No. me dicen que me lo dan porque yo hablé muy bien de Muxía, y le hice mucha propaganda y que soy una muxiana terrible. Sí. Yo por el pueblo de Muxía siempre tuve simpatía. No yo. Y mis padres. Y mis hermanos. Antonio iba siempre y José Luis iba en el coche que ya no podía andar, y se sentaba en el coche viendo la Piedra de Abalar y la de los Cadrises. Eran José Luis y Antonio mucho de Muxía, muchísimo. Esos 3 hermanos quisimos mucho a Muxía. Y hoy que alegría llevaría mi hermano si vieran que me dieron este galardón de Muxía.

Para mí fue un galardón muy grande. Esta precioso donde lo puse. Y lo voy a contemplar porque lo tengo siempre en mi habitación.

No saben lo feliz que fuí hoy...y me acordé de vosotros todos.