Si me lo dicen no me lo creo

Recibí tantas felicitaciones de todos los países...y unos me dicen que pena, esta semana estuvimos enfermos, otros que tuvieron que ir a no se donde y tal... y no se enteraron de votarme. Y ahora que sintieron muchísimo, lo menos conté ahí no sé si fueron cincuenta y tantos ya que conté. De que no podían ir a votar, pero que su voto me lo daban aunque ahora no valiese para nada. Que me lo darían con mucho gusto. Aún los que no votaron, tenían ganas de votarme...

Ya ve, las cosas sencillas, a veces, tienen ganas de oírlas, porque claro, hoy se oyen tantas cosas desagradables... en la televisiones y en eso... y no perjudicar a Internet, no meter cosas, ni meterse, ni insultar, porque este Internet es una cosa digna de admiración. Lo que se sabe con este Internet, lo que se aprende, lo que enseña. Para que habeis de poner cosas feas habiendo cosas tan bonitas que poner. Y no palabrotas, insultos...¿qué viene eso al caso?...eso no viene nada al caso. Insultar. ¿Qué ganais con insultar? ¿Y entorpecer?. A mí me gusta Internet, y yo ya esas palabras zas...ya no las veo. Ni las quiero ver. Pero podeis aprender muchas cosas. Fíjate, yo ahora conocí naciones, eh, que no las pisé en mi vida. Y ya sé cómo viven, qué política tienen, que religión tienen, que idioma hablan...por Dios, si instruye muchísimo y teneis cosas preciosas.

Y después, si quereis saber donde están los países, poneis los mapas todos, que yo, a veces, me escriben y quiero saber que país es, y anda, un mapa. Y así se va instruyendo uno. Si podeis aprender mucho.

Y vosotros niñitos, de 13, 14, 15, 18, 22...me estais escribiendo, que diga que os cuente, que os cuente... si teneis Internet, Internet os habla de todo. Mira, en mi vejez, no sabeis las cosas que yo aprendí del Internet. Hasta a expresarme. Y eso que hoy no estoy yo como...hoy no soy María Amelia. Estoy agotada, muy agotada...porque fue mucha cosa...Aún mañana viene una televisión y ya se le dijo a otras que no, porque es mucho esto. Muchas entrevistas y muchas cosas...y claro, a mí no me gusta decir que no porque, claro, son profesionales, algunos viven de estas cosas. Y a mí me gusta complacer.

También hoy me ofrecían unas cosas para ganar yo. ¿Eso qué significa?. Noo. Yo me puse en esto del Internet para no ganar nada. Para tener amigos y hablar. 3 ó 4 ó 5 ó 6. Pero ahora son miles y miles.

Y que gracia me hacen. Y que largas ponen las cartas ahora. Larguísimas. Porque antes ponían más rengloncitos. Ahora no, escriben largo y tendido. Y me animan muchísimo. Me animan horrores.

Yo reviví. Y quiero que todas las ancianas tuvieran en las residencias, y en las sociedades que hay de ancianos que tengan Internet. Les distrae muchísimo. Que tengan televisión, que sí, se ve a los personajes y tal, pero si hay Banda Ancha ya es como una televisión.

Y encima el Internet que está aprendiendo cosas, las que usted quiere, porque en la televisión tiene que oir lo que le pongan pero en el Internet busca usted lo que le gusta. Es un aparato que aún no lo alaban lo que vale.

¿Que quiero saber que pasa en Londres?. Trae. ¿Qué quiero saber en Brasil?. Aquí habla de todo, de todo, de costumbres...si quiere muebles, enseguida le dicen donde hay en Pontevedra, en tal sitio, en tal otro. Y en las Rías Bajas pues nos esplica todo. Quiero ir a un comercio, ¿que comercios importantes hay en Villagarcía?.

Y se lo pone. Y de ahí ya va usted a donde quiera. Esto es un profesor fantástico y sin pagar. Que hoy un profesor cobra bastante. Y aquí pueden aprender muchas cosas, muchísimas.

Dicen hay cosas malas cosas malas. Cosas malas las hay en todos los sitios, pero escapar de lo malo y cojer lo bueno. Eso es lo que debe saber una persona.

Pues sí, quién me diría que a esta edad yo hablaría por Internet. Y conocería Internet. Si me lo dicen no me lo creo. Mira, María Amelia, va a haber un aparato que...Caaaa eso es imposible. ¿Cómo va a ser?. Imposible.

No hay nada imposible ahora. Ahora da miedo ya con tanto adelanto que hay.