Como una pollita de 15 años

Buenas noches, les habla María Amelia.

Quiero darle las gracias a todos esos franceses que me han escrito, que fueron muchos esta semana. Niños jóvenes, chicos de 13 años, 14, 15, 17, 18...bueno, tuve muchos chicos de Francia que van a clase de Internet y que los profesores ponen mi blog, y que les gustó muchísimo.

Mi blog no es para llamar la atención. Ahora que me dices una cosa que me alegra mucho. Me alegra que digáis que yo con mi propaganda que hago que los viejos lleguen a conocer el Internet. Y que están ingresando mucho y comprando el Internet. Y yo me alegro mucho porque le va a servir de vivir mejor, porque es una alegría recibir todas estas cosas, estas cartas que mandáis tan agradables y que animáis a uno a vivir con alegría.

Dices que me dáis las gracias porque con mi blog aprendéis cosas. Pues yo con vuestras cartitas que me escribís y las cosas que me decís, a mis años, también aprendo de vosotros. Porque hay juventud muy buena. Hay otra que no, pero vosotros sois buenísimos. Vosotros sí que podéis hacer propaganda para que este mundo sea mejor.

Llevé muchas sorpresas y la vuestra me impresionó, porque fuísteis muchos los que me escribisteis esta semana de Francia. Y de chicos que estáis estudiando y que los profesores hablaron de mi blog. Y yo muy agradecida, porque yo quiero que todo anciano pase bien el tiempo. Y con un Internet aprenderá cosas y se olvidará de las cosas malas y de las enfermedades que tenemos los viejos.

Hoy pasé un día muy agradable y os quisiera contar muchas cosas. Hoy fuí a Pontevedra. Porque yo en Pontevedra fuí muchas veces en coche pero nunca lo patee, lo paseé por las calles. Y hoy lo paseé todo a pié. Quedé pasmada la fuerza que me dió el Señor para poder hacer ese recorrido, porque tengo muy poca vista y tenía miedo caer. Pero gracias a Dios, Pontevedra está muy arreglado. Es una ciudad antigua preciosa, a mí me encantó. Y eso que yo no veo bien, porque las casas son maravillosas. Son palacios antiguos, preciosos. Y claro, yo quería mirar para arriba pero no puedo porque me daba vértigo. Pero lo poco que podía ver me entusiasmó.

Lo pasé muy bien, muy bien... parece mentira. Yo iba pensando, con los años que tengo, que Dios me dé esta vejez que aún puedo ver cosas bonitas. Y esta Galicia es preciosa, preciosa... es digna de venir a ver las Rías Bajas, porque tiene pueblos... ya lo tengo dicho muchas veces... hoy me escribió también uno de Sanxenxo... y ellos tienen una tierra y unos pueblos muy bien conservados. Y los antiguos son una preciosidad.

Y hoy lo pasé muy bien.

Fuí con mi nieto y con los suegros de mi nieto. Y lo pasé muy bien. Pero os voy a decir que hoy ni una pollita de 15 años. Corrí todo Pontevedra a pié, y después fuí a comer, y comí admirablemente. Y después el dueño del restaurant nos invitó a unos chupitos, que no sabéis lo que son claro... Son unos vasitos pequeños con una caña muy fuerte y es como si fuera un licor de leche, pero exquisito. Pues ya ves, yo me tomé dos copitas de ese aguardiente, porque es como aguardiente y tienen como crema de leche. Ahora no me acuerdo como se llama este licor que a mí me gustaba mucho. Pero ahora yo no tengo tanta memoria, en este momento no me sale el nombre de ese licor, pero sabe mucho a ese licor.

Yo ahora tengo poca memoria. Se me van las ideas y las palabras, y quiero expresarme, y no estoy como antes. Pero lo pasé muy bien. Me decían... Mari, mira que vas a tomar una borrachera, hay que ver lo que estas bebiendo con esos chupitos.

Pero lo pasé adamirablemente.

Y me dieron una vida y una fuerza esos chupitos que anduve... me reí cuanto quise con el suegro de mi nieto, que es anciano pero no tanto como yo, le llevo muchos años. Y nos reímos mucho los dos. Y me decía... claro... la gasolina que tienes tú ahora en el cuerpo vas como un Hispano andando. Ya lo creo, que me dío fortaleza y al mismo tiempo alegría. Y lo pasé admirablemente. Ya veis, con 96 años que voy a cumplir para el mes que viene, el día 23, 97.

Y así que le agradecía a esos franceses mucho mucho lo que me han escrito y me han alentado. Ya me iba a meter en cama, pero me acordé de que mañana alomejor no tengo quien me tecleé, que marcha mi nieto, quiero adelantarme para que tengáis noticias mías.