A mis 96

Buenos días. Aquí estoy con mis 96 años. Yo estos días ya os hablé pero no me lo publicó mi nieto porque no pudo, porque anduvieron en muchas fiestas. Estos días son de ir a cenar afuera y por ahí, a divertirse. Y hacen bien, que la vida es cortita y hay que disfrutar de la vida.

Y yo, ya me veis ahí, con mi tarta, que me la regalaron mis nietos. Me hicieron una fiesta preciosísima, preciosísima, y acertaron con mis gustos. Me dieron una "cena" encantadora. Me comí una de centollo, que es el marisco que más me gusta, que me dí un banquetazo. Dije yo, bueno, pues si Dios ya me lleva, éste es el último año.


Entonces, quise apagar las velas, y se apagó una y la otra no había quien la apagara. Sopla, sopla, nada. Y entonces yo dije: - No quiero soplarle más. Estos es del Señor que dice aquí tienes la vela para seguir un año más. Y yo no quería apagarla. Pero la nieta política me dijo: -"Pues si no la apagas va a derretir toda la tarta la cera de la vela. Así que hay que apagarla.

Y a las duras penas la apague. Porque eso, yo soy algo supersticiosa. Soplé, soplé, soplé y, una sí, pero la "6" nada, no se apagaba. Entonces eso quiso decirme que voy a vivir un añito más. Y estoy con esa esperanza, a ver si vivo un año más.


Bueno, pues estos días os escribí mucho dándoos las gracias, felicitándoos. Mira, mira, no ves como no apaga la vela. No sé si la vereis vosotros, ahora a mí me están poniendo el vídeo y me está dando la risa, porque veo que la otra no se apaga por nada del mundo. Y ellos la quieren apagar y yo no les dejo.