Una vieja tiene derecho a vivir

BUKOWSKI dijo...

Distinguida señora: Desde hace algun tiempo quiero escribirle estas palabras y basta que usted pide que demos una opinion sobre su premio, aquí van las mias; En principio le diré que soy esceptico por naturaleza ademas de directo y claro, por eso le expongo mis dudas y devaneos. Le diré sinceramente que no creo que usted sea quien dice ser, usted es un personaje inventado, usted tal vez sea la imagen de ese personaje, Hace tiempo que leo detenidamente cosas suyas y hay demasiadas variaciones, pero bueno eso pertenece a mi propio escepticismo, y ya no me creo nada que no vea, lo siento..pero es así, y a mi edad ( 50 ) es dificil cambiar maneras de ser y vivir. Con respecto a su premio, al mejor blog en Castellano o Español, no me parece justo para nada. Le dire porque. Si bien como dice usted, fuera una señora de 95 años, tiene un merito, eso es cierto, lejos de estar a su edad como la mayoria de los suyos, usted ¨ buscó ¨otra alternativa. Su premio hubiese sido un premio a su esfuerzo, a su valentia, a su edad.Pero permitame, el premio al mejor blog en español..no señora,En el mundo del bloger, hay personas que no solo escriben de todo sino que ademas llevan muchos años haciendolo, escriben, ayudan a otros y son prefesores de la estetica y herramientas, ademas de las muchas visitan que reciben. Vale que esta bien que a su edad ( si es esa y es quien dice ser )contar cosas del pasado, del presente y algo del futuro, está bien, a gente de su quinta le hace sentir nostalgia..o nó.Pero sinceramente, es un blog mas con su toque especial, pero no el mejor blog..para nada , me niego incluso a reconocerlo y decirselo, podria haberme callado, pero seria hipocrita. En fin, sea quien sea, eso si, le envio un saludo blogero, esperando no haberla molestado, ni tampoco quisiera que mi critica la viera como un ataque. Tampoco es envidia, se lo aseguro. Es simplemente las cosas como se sienten y siempre fui muy coherente. Un saludo y hasta cualquier momento.ahh y disculpe la extensión de mi escrito.

María Amelia dice:

Me hizo gracia su carta, muy extensa, extensísima. Dice que usted es "egocéntrico", ya lo creo ya, ya tiene un nombre que es un escritor de aupa. Si usted se parece al escritor... escribir escribía bien, pero tenía muchos defectos en la vida.

Dice que yo pedí opinion para que me dijesen su opinión sobre mi premio. Yo no pedí opinión. Lo que yo recibí y lo disfruto con gallardía, no porque yo soy orgullosa, yo soy sencilla. Ya dije que no lo merecía, yo fuí la primera en decir que no merecía ese premio. Pero usted ya dice que yo le pedí opinión. Yo no pedí opinion. Si yo mis blogueros ya me opinaron de que valía, de que lo merecía. Y yo diciendo que no y ellos que sí.

A mi me interesan mis blogueros, no seres como ustedes. Dice que no le lleve por mal estas cosas que me dice. Pues sí señor, como se lo voy a llevar por bien. Caritativo no es usted. Usted dice que yo miento, que no soy yo la que habla. Pero si usted mismo cree que soy yo la que habla. Usted lo vió en todas las televisiones, eh, de España, del extranjero, y en Buenos Aires y de todas las naciones del mundo. Ahora llegó un momento que, estoy triste, pero usted me empujó a tener esta energía. Yo no soy presumida ni merezco lo que me hicieron, pero tengo honor, eh, y a mi no me dejo pisar ni manipular. Y usted no va a ser el que me manipule diciendo que yo no soy la que estoy hablando. Si usted mismo lo vió por televisión. Y no sólo un periodista. Miles de periodistas. De todas las naciones. Los mejores periodistas de Nueva York, los del Japón, usted mismo lo vió...la rusa que vino ex-proceso a verme a Muxía.

Y estaba yo sóla, no estaba mi nieto ni nada. Nada más que tenía un pariente, las demas éramos mujeres. Y era un pariente que estaba enfermo y hasta no tenía ganas de recibir a los periodistas. De tantos que vinieron. Que los llevaba a los bares y ya no podían hablar con tanta gente que había en el bar. Después fuí al Ayuntamiento, los recibía yo sóla. Eh?. Ahora que me ayudaban los de la Corporación del Ayuntamiento, porque ellos eran dueños de la sala donde había los blogs, cuando van los chicos allí a teclear y a aprender el Internet. Que me recibían con los brazos abiertos. Claro, yo soy de Muxía y el Ayuntamiento son muxians, y me conocen a mí y a toda mi familia.

Usted vió en la televisión quiera o no quiera hablando y tecleándome un periodista. Eses periodistas también creo que alguno venía pensando de que yo no podía hablar a mis 95 años, para el caso 96, el 23 de este mes.

Señor, ¿cómo dice que usted no me va a parecer bien lo que opina de mi persona?. Usted es un incrédulo. O quiere serlo. Yo creo que usted no piensa como yo en muchas cosas, y entonces se quiere vengar de que yo no soy la que hablo.

Pues mire usted, yo podía hablar de muchas cosas, y a lo mejor a usted no le interesaban tanto. Si con esto cree que yo me voy a acobardar está equivocado. Yo a mis años aún tengo mi valentía, eh?.

Usted quiere ser sabio, dice a esta señora le voy a fastidiar por este lado porque ella piensa de otra manera que yo. Pero usted cree que soy yo, porque usted lo vió. Lo vió como todos los españoles y extranjeros, como alemanes que me escribieron, en los mejores periódicos del mundo salí yo.

Yo ya ve que nunca quise expresarme de que soy una mujer competente, instruida, con carreras, con el saber. Noo. No soy poetisa ni soy escritora. Y ya ve, escritores me escriben, poetisas me escriben, cantantes me dirijen canciones. ¡¡¡A lo que llegué!!!. Dios lo quiso así. Y la gente. Pues ya ve, con mi sencillez y mi simplicidad que usted dice, a donde llegué, eh. A ser bloguera de los cinco continentes.

Diciendome cosas preciosas. Porque hoy leí cada carta. De Gedc, de Quenxe, de gente que me adora, de Chelis, de Buterflai...de todo el mundo. Hasta de Muxicas hace tiempo que no sé, y me acuerdo de ella. Y de todas esas gentes buenas, honradas y felices.

Perdóneme usted, lo tengo en un mal concepto. Y perdóneme. Pero lo que usted se expresa en esta carta no es bondad, porque usted sabe que soy yo. María Amelia López Soliño Abente Barros. Le digo los cuatro apellidos, eh?. No soy embustera ni traicionera, ni nadie de mi familia lo es. Somos muy honrados y muy felices todos mis seres queridos de mi familia. Y no los manche usted. Yo no soy ninguna vocera ni embustera, ni diciendo que yo no hablo...

Pues estas tonterías que yo hablo tienen repercusión. Porque la gente me escribe. Y no mayores de 50 años como usted me dice. Esas dan su opinión. Pero niños de 18, de 15 años, de 14, de 16....¡¡¡esos son mis amores!!!, ¡¡¡mi locura!!!. Porque yo estaba sola, sin que nadie me hablara....Hombre tenía a mi nietoh sí, pero estaba trabajandoh y yo estaba solita.

No estaba con familiares y amigos que tenía antes. Porque yo viví en la sociedad, tuve siempre roce social y cariño de la gente. Yo fuí querida. Mire, el que da en esta vida, tarde o temprano recibe algo bueno. Y yo no he sido de las malas. Está feo que lo diga, eso sí. Siempre fuí humana, humana, amé a mi prójimo, no le dí todo lo que tenía, es cierto, que era mi obligación. Pero siento al que padece, al que sufre y al que no tiene.

Y yo estoy pasmada el éxito que he tenido sin merecerlo. Soy yo la primera, señor, soy yo la primera en reconocer que no valgo nada. Pero que quiere, yo tuve ese agasajo tan grande y estoy agradecida de mis blogueros. Que no saben donde ponerme. Si yo estoy mismo asustada. Y usted es un incrédulo, decir que no soy yo. A mi no me molesta que usted creyera eso, a mí me molesta que usted cree quien soy, y está diciendo que no soy la que estoy hablando. Y hoy estoy un poco incomodada.

Así que señor, siento mucho que sea de esa manera de pensar, porque usted es un incrédulo. y siempre sufre un incrédulo que no cree en nada. Y perdone que le diga estas palabras, pero se las merece.

Para mí fue una sorpresa. Y aún estoy hoy sorprendida. Porque las cartas que recibí estos días.. que cariño, que humanidad, que sentimientos, como supieron que yo estaba apenada por el ser tan querido que se me fue estos días.

No sea tan incrédulo. Que usted cree que no soy merecedora de ese premio, a mí no me interesa, puede darme la opinión usted no merece el premio. ¿Pero decir que no soy yo la que estoy hablando?. En este mismo momento mismo estoy hablando yo. Sin escribir, sin prepararme. Lo que me sale de mi cabeciña. Eso le estoy a usted expresando.

Y los periodistas lo ven. Mire usted, hubo periodistas que se emocionaron cuando yo empecé a hablar sin escribir nada y sin saber lo que me iban a preguntar. Y uno se emocionó tanto, que dice, señora, pare un momento, porque estoy emocionada de oirla. Yo quedé sorprendida al decirme esto.

Fíjese, cuando fuí ahora a recoger el premio de las mujeres de Galicia, yo ya se que no soy merecedora pero me lo dan, me vino a saludar un fotografo de los mejores de España. Me vino a saludar, y casualmente tuve una conversación con él que yo seguí, me pregunto una cosa y yo le salté con la otra, y luego me dí cuenta de que él me preguntaba por otra cosa. Pues ese señor tiene muy buen recuerdo de mi persona. Y me vino a saludar. Y también me saludó, que no tenía porque levantarse, el Ministro de Educación. Me vino a saludar.

Eso, no es por presumir, pero me agrada, me agrada. Porque a los viejos hay personas como usted que no le dan personalidad. Pero hay seres humanos, y son de los cinco continentes, que piensan que una vieja tiene derecho a vivir, a respirar. Y no anularla, como un ser inútil, como un cacharro viejo que se tira. Usted aún no sabe lo que piensa una anciana, si no no diría esa imprudencia tan grande, que yo soy una impostora. Porque usted sabe que no lo soy, y eso me indigna.

Yo tengo que darles gracias a estos blogueros de miles y miles que me escriben. No doy abasto. Tengo que quererlos con toda mi alma. Que almas tan sensibles tienen. Que poesías me dedican. No es, señor, que usted me de un disgusto por lo mal creyente que es con las personas, no. Hasta no sé expresarme, no sé que decirle a usted. Me dolió, pero mucho, que diga que soy una impostora. Y que aquí me cojen. nooo. Yo soy María Amelia López Soliño Abente Barros. Le doy los 4 apellidos. Que hay pocos. Yo quiero a muchos blogueros y otros no me dicen que son, son anónimos, eh, pero me creen. Pero usted me da el nombre de un escritor. Un escritor, sí, importante, pero con muchos defectos. Y usted puso el nombre. Parece que le gusta esa gente. Por eso yo formo ahora una opinión de usted. Y perdóneme que se lo diga. Pero lo merece.

No sé lo que me va a contestar. Si es algo ordinario o soez, me lo sacaran que no lo quiero ver. Yo no quiero ver cosas feas. Ahora plagas, ya ví una. Si hay para todos los gustos. Uno hasta quiere que resbale por un piso y me mate. ¿Usted concibe eso?. Que haya personas así. Ellos mismos se descubren lo que son. Usted dice que me escribe eso no por envidia. Nooo, hombre, usted porque va a tener envidia de mí, pero por qué no ha de creer que soy yo la que escribo, si usted lo sabe y lo ve. Y estoy impertinente con repetirlo tanto, pero es que me coje usted de un cabreo terrible.

Yo soy pacífica, no quiero guerras, pero cuando me llegan a mi dignidad, eso no lo tolero yo. Eso sí que siempre lo seguí. Ya me lo decían, María Amelia cómo te lleguen, tu callas, tienes tu genio vivo y fuerte. Cuando no tienes razón, te callas, pero si la tienes no te dejas. Yo soy una persona digna. Y no pierdo mi dignidad. Siempre me decía mi padre sé prudente, buena y no pierdas tu dignidad. Y no la pierdo.

A mí lo que me molestó fue que usted sabe que soy yo la que hablo y usted está diciendo que soy una impostora. Y ya termino de una vez.

Mis queridos blogueros, estais pasmados de cómo yo me porto ahora con este señor. Pero, es que yo ya estoy apenada, y encima me viene una persona a molestar de esta manera, diciendo que soy una impostora...no lo tolero. Y gracias, si esta oyendo, por escucharme. Porque usted quiere decir las verdades que no son, pero no quiere escucharlas a lo mejor lo que yo le digo. Pues tenga por segura que aquí no hay ninguna impostora, soy yo, María Amelia, la bloguera de 95 años.

Gracias por su carta tan generosa.