Y llegó la guerra...

Pues sí señores, yo soy socialista desde los 16 años y encantada de la vida de serlo. Pero me trajo muchos disgustos, fuí multada por inmoral sin serlo y fuí también multada con 50 duros por los personajes que se apoderaron del pueblo de Corcubión.

Cuando vinieron las fuerzas a Corcubion, yo estaba paseando por mar con unas que eran falangistas, pero yo no sabía ni que lo eran. Yo no estaba enterada de que iba a haber esta revolución.

Ibamos con idea de atracar en el muelle de Corcubion pero al ver que había varias mujeres allí gritando por la República, estas chicas que eran de derechas no quisieron acercarse al muelle. Ellas sabían lo que sucedía, pero yo no tenía ni idea.

Desembarcamos en el muelle de Quenxe. Me dejaron sola y se largaron. Entonces, vino un chico que estaba trabajando en Carburos. El naciera en Norteamérica pero era de Cee (su madre era de Cee, no quiero nombrar familias). El era de ideas de izquierda, lo querían perseguir, el chico me dijo: ¡María Amelia, esto es una revolución!. Empezaron a oirse tiros.

Y yo dije:¿Quien llegó?. El me contestó que la guerra había llegado.

Fuí para el pueblo, todas las casas estaban cerradas. De mi casa salía mi hermana corriendo y yo fuí detras de ella. Fuimos a buscar a mi padre a Aduanas, el ya estaba fuera. Llegó el jefe (que no quiero ni nombrarlo) y se abalanzaron sobre mi padre. ¡Vosotros sois de izquierdas!! a gritos. ¡¡Vosotros estais pegando tiros en aquel monte!!

A lo que mi padre contesto que el no había sido, que él estaba trabajando.

Mi hermana conocía a alguno de Falange que venía y le dijo: ¡Pastorita, no os precupeis, que por estas señoras respondo yo!

Contestación mía: ¡¡No hace falta que me acompañe, ya sé ir sola!!

Ese día a las 11 de la noche fueron a buscar a mi padre para llevarlo al cuartel de la Guardia Civil. Le dijeron que como el era cazador tenía que entregar las escopetas.

En esto, había un señor militar pasando el verano y entonces fue él quien cojió el mando. Por ese señor, seguimos aquí vivos. El fue nuestra salvación.

Marchó despues este señor porque tenía al hermano en el Alcazar. Aquí empezó nuestro peregrinar, multas un día y multas otra...

Continuará...