lunes, 5 de marzo de 2007

Victorino Abente Lago



Respetando la tradición de los hogares burgueses del siglo XIX y hasta muy entrado el XX, las familias españolas debían poseer entre sus vástagos varones, un militar, un médico y un cura.
El hogar en Muxía de Don Leandro Abente Chans y doña Manuela Lago Díaz ya había satisfecho parte de esa tradición. Faltaba cumplir con la última parte, el hijo sacerdote. El señalado fue Victorino Juan Ramón.

Al conocer el destino de sacristía, incienso y novenarios que le estaba destinado, el joven no tuvo dudas. Lió petates y se embarcó sin rumbo en un barco que partía a América. Desembarcó en Cuba y allí, luego de algunos meses se enteró de una guerra que asolaba un pequeño país de América del Sur, el Paraguay. Victorino se embarcó de nuevo a conocer lo que era una guerra.

Lavando copas y pelando patatas llegó a Buenos Aires. Pero el bloqueo impuesto por los aliados impedía el viaje de barcos de pasajeros a Asunción. No le quedó otra cosa que emplearse en una tienda de abarrotes, proveedora de víveres al ejército argentino de ocupación.

Para su contento, los patrones lo envían a Asunción a hacerse cargo de los negocios de la empresa. En marzo de 1869, Victorino ponía los pies en Asunción, la ciudad ocupada por los aliados, iniciando así la saga paraguaya de los Abente.

Desde su misma llegada a Asunción en momentos difíciles y trágicos de la historia paraguaya (marzo de 1869), cuando las tropas aliadas (soldados argentinos y brasileños) ocupaban la capital, Victorino Abente Lago donó su palabra al pueblo paraguayo.

Durante los días en que, sometida a saco, la vieja "ciudad fundadora de ciudades", la noble capital de 1a "Provincia gigante de las Indias", sufría el ultraje inmerecido de la violación de sus encantos por sañosa soldadesca. Este cuadro, sombrío y angustioso, conmovió el alma del poeta. Afinó las cuerdas de su lira, y, oprimido su corazón de hombre comenzó a cantar.

En las columnas de El Pueblo en 1870 publicó La quyguá verá, El beso, Sonetos y otros poemas. Más tarde, en diversos periódicos, aparecieron La Sibila Paraguaya, Salto Guairá, El Oratorio de la Virgen de la Asunción. En 1887 editó Poemas satíricos y jocosos.




En la pensión adonde había ido a vivir conoció a Isabel Mywskozki Argaña la hija de la dueña y del coronel polaco Luis Mywskozki, muerto en Curupayty. Contrajo con ella matrimonio y se radicó definitivamente en el Paraguay, viviendo en Asunción y en Areguá.

Volvió esporádicamente a Galicia, en 1884 y en 1907. En ese primer viaje, nació en Muxía su hija menor Balbina, la que en el segundo viaje, acompañando a su padre, contrajo matrimonio con su primo, el poeta Gonzalo López Abente. Balbina murió en el parto de un niño que tampoco sobrevivió. Yace al pie del Corpiño, promontorio de piedra rematado en una cruz, tan nombrados en los versos de los dos "mugianes" como ella, su padre Don Victorino y su esposo, Don Gonzalo López Abente.

Empero, la nostalgia aprisionó su espíritu, y cruzó nuevamente el turbulento océano en pos de los azules cielos de la Asunción. La patria de su esposa y de sus hijos se le había adentrado en el alma para siempre.

Fue entonces que, abrazado al Paraguay, dejó correr como una mano acariciante, su canto de consuelo, y rimó su famoso himno de fe:

No llores más, Patria mía,
enjuga el llanto, no llores,
y mira los resplandores
de un nuevo y hermoso día

Yo que tu bien vaticino,
en lo futuro te veo
más grande que mi deseo
en el carro del Destino,
y por radiante camino
marcha rovante y segura
al cielo de la ventura
que en el porvenir se expande,
ventura grande, tan grande
como lo fue tu amargura.

Victorino Abente y Lago tuvo la suerte de ver triunfante al Paraguay en su guerra contra Bolivia antes de su muerte acaecida en diciembre de 1935. Sus poemas, dispersos en diversos periódicos y revistas de aquella época, fueron recopilados y publicados póstumamente en Asunción por su nieto Cándido Samaniego Abente en un volumen titulado Antología Poética: 1867-1926 (1984).

José Rodríguez Alcalá recordándolo, escribía en 1910: “Victorino Abente no es paraguayo; pero su musa, toda ella paraguaya, le ha dado carta de ciudadanía a la vez que se la dieron, por otra parte, los vínculos de su hogar formado en el país. Su robusta estrofa castellana sonó la más alta e inspirada en el coro de la poesía nacional. Cantó las desgracias, las hazañas y las maravillas del Paraguay”.

Biografía de Victorino Abente Lago (artículos sacados de varias fuentes). Muchas Gracias y un abrazo, José Luis Ardissone.
Victorino Abente Lago es tío-abuelo de María Amelia, hermano de Natalia Abente Lago, su abuela.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

O loureiro raís de ouro
bota folliñas de prata...
Coller amores non custa
olvidalos si que mata

SAFIRO dijo...

QUE HERMOSO RECUERDO Y HOMENAJE PARA UN GRAN HOMBRE, VALIENTE Y SENSIBLE..
María Amelia, es un gusto leer sus recuerdos...

Un gran abrazo y deseos de mucha Salud!!

ella dijo...

Veo que ya esta bien y sigue contándonos. Me alegro mucho
Un biquiño muy dulce.

Anónimo dijo...

Me encantan las historias de los hombres y mujeres de otra época . Creo que deberíamos aprender mucho de ellos. Tu tio abuelo fue todo un personaje. Cuentanos más historias de tu familia, es un placer leerlas.

Ponte buena, Maria Amelia, nosotros seguimos empujando desde aquí

Un besazo

Anónimo dijo...

¡Ole tus huevos!

Enhorabuena por tu weblog. Sigue adelante.

Lo guardo en mis favoritos y ojalá algún día tengamos contacto.

Anónimo dijo...

Mª Amelia, por que no nos cuentas la historia del medico Abente y Lago, ya que debio ser un personaje muy importante para ponerle a un hospital coruñes su nombre.
Yo siendo muxiana solo se que el Sergas bautizo ese hospital (antiguo hospital militar) con su nombre pero no se nada de su vida y creo que muy pocos muxianes la conocen, lo mismo pasa con los coruñeses que no tiene ni idea de por que el hospital se llama asi.
Supongo que para darle tal honor debio ser un hombre importante.

Dammy dijo...

Oiga, que mucho ánimo con el blog, y ojalá yo pueda cumplir esos 95 años para poder contar un montón de cosas como hace usted.

Un blogsaludo.

chüpetina dijo...

es que emigrantes somos todos.
él se integró perfectamente, porque iba a trabajar, como muchos de los que vienen.

qué orgullo tener un familiar así.

besos babosos

Anónimo dijo...

María Amelia, como la Reina de Portugal, Doña María Amelia de Braganza, Gran Señora.......

ARMANDO dijo...

María Amelia:
Mi madre, que nació en 1892, nos contaba que la "Sala do Perello" se llamaba así, porque un sastre con ese nombre o apodo, cosía allí aprovechando la luz del día.
Aunque yo pregunté a muchos muxianes sobre ello, no me lo sabían contestar.
Hace unos 2 ó 3 años, encontré el "anexo" de una carta que le escribieron a mi padre. No sé quien le escribió, pues la carta en cuestión, no la tenía.
El anexo o adjunto, decía textualmente.
Amigo Teófilo:
Después de haberte escrito, surgieron a mi mente unos versos que una tarde, en nuestro pueblo escribió el veterano Don Victorino Abente Lago, en un viaje que hizo allí después de haber estado largos años en la República del
Paraguay.Te los envío porque estoy seguro te han de gustar.

"LEMBRANZAS"
Eu sinto melancólico consolo
cando despertan os recordos meus,
vendo a Pena do Paso, e o alto Bolo
de Domingo Deus.

Pedra da Vela, Sala do Perello
así chamada porque, en tempo antigo
contan que un sastre vello,
pra coser, ali buscaba abrigo.

Os montes do Corpoño o Pequeno,
furna da Rechinola, e os Malatos,
donde cando eu era neno
xogaba cos damáois a os tumbagatos.

A pedra de Abalar tan venerada
pois da Virxen da Barca o nome ten,
donde vese a xente arrodillada
que de lexos, a cumprir promesas ven.

A Buitra, que de cote está bruando,
o Vilán, xigantesco pedregal,
que polo mar extendese arredrando
os tombos que lle tira o temporal.

A perigrosa pedra da Xaviña,
as areas da Coba, Cruz, e Esteiro,
e a fonte da Pedriña,
Mais outras lembranzas me veñen a mente,
cando está bravo o mar, e romper vexo,
a Guiera, Touriñán e a costa de Merexo.

De xeito, que non hay no meu Muxía,
curruncho nin petouco
que non me leven a os recordos de outros días.

E dende que pisei a terra amada,
de cote vendo estou,
os tempos da miña alma sosegada,
os encantos do tempo que pasou.

NOTA: Como el que escribió la cartac a mi padre, dice textuwalmente: "suegieron en mi mente unos versos", no sé si será una traducción fiel de la poesía de D. Victorino.

ARMANDO dijo...

Mis erratas en el escrito anterior:
1-xogaba cos demaois
debe leerse: xogaba cos demais
En las Notas:
2- textuwalmente: "suegieron
debe leerse:textualmente: "surgieron

Anónimo dijo...

Mi abuela tambien me contaba que en la "sala do Perello" se llamaba asi por el sastre que vivia en ella, asi que parece que ese recuerdo esta muy extendido y puede que sea verdad.
Me ha parecido preciosa la poesía por que habla de lugares muy entrañables para nosotros.
Debo daros una mala noticia para Armando, Anonimo y margaritas, bueno si vivis en muxia ya la sabreis, pero si vivis fuera es posible que no os hayais enterado, y es que se ha muerto una persona de la que en varias ocasiones hablamos en este blog, aunque fuera en forma conjunta con sus hermanas, Carmela de Novas que murio el pasado domingo. Asi que si alguien sabe alguna historia sobre ella deberiamos contarnosla para hecerle un pequeño homenaje.

Anónimo dijo...

en una tarde lluviosa... me dió por navegar buscando noticias de familiares.
Gran satisfacción y orgullo saberme descendiente de personas que han contribuido a la historia y la cultura. Mi madre se ha ocupado de trasmitirnos la sabiduría de la familia. En muxia estuve con 7 añitos, ya han pasado 40... pero siempre presumo de mi sangre gallega. La de vueltas que da el mundo, por ahora vivo en otro lugar costero... en Cádiz.. la otra finisterre. Soy nieta de un lópez abente, bonito apellido. Besos para todos los abente

Alicia Galeano dijo...

Señora Maria Amelia,que placer leer este recuerdo sobre el padre de otro grande,el gran Dr Carlos F. Abente,soy una admiradora de su obra como poeta,medico y ser humano bondadoso,por eso me encanto saber algo sobre su padre gracias a usted

Alicia Galeano dijo...

Señora Maria Amelia,que placer leer este recuerdo sobre el padre de otro grande,el gran Dr Carlos F. Abente,soy una admiradora de su obra como poeta,medico y ser humano bondadoso,por eso me encanto saber algo sobre su padre gracias a usted

Anónimo dijo...

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Chat gratis dijo...

Esta genial este blog, aunque tambien es algo triste.

Anónimo dijo...

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