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Intentemos agrupar todos los comentarios de Muxía en un mismo artículo
Anónimo dijo... muxiana, si quieres q te hablen de muxia, pregunta, que yo tambien te puedo responder, pues conozco bastante el pueblo
muxiana dijo... Hola "Anonimo" yo tambien conozco el pueblo ya que paso alli todas mis vacaciones, pero me gusta que me cuenten cosas de hace años, cosas que yo no vivi y que me hablen sobre gente a la conoci y ya no esta y ahora no pueden saciar mi curiosidad sobre como era antes la vida en nuestro pueblo. Si tu puedes contarme algo me gustaria que lo hicieras y que intercambiaramos historias y experiencias.
Anónimo dijo... muxiana: yo te puedo hablar desde las colas q se hacian en el cabo da vila, para cojer agua, hasta una sra q le llamaban Chuquita q tiraba el contenido del orinal, en la "tajea"que estaba delante de lo q despues fué correos, y de como se vivia en muxia, y el hambre que se pasó.
Tambien te puedo hablar de las romerias del Carmen de Moraime, de S. Roque, de la Barca, de las merendiñas que haciamos, de las pandillas ete.
un saludo
Muxian dijo... Veo que se está animando la cosa con las intervenciones de Muxiana y anónimo.
Me resulta extraño que no haya mas intervenciones de gente de Muxia, desconozco el motivo y me gustaria que opinaseis acerca de esto.
Yo recuerdo esa época de las colas en el "Cabo da Vila", cuando habia roturas en la traida de aguas que venía de Chorente, no se reparaban hasta el día siguiente, pero también recuerdo los sábados mientras hacian cola para el agua, la gente bailaba en el malecón con la música de discos que tenían en el Cine Muxía, el baile duraba aprox, una hora, luego cuando empezaba la película sacaban la música y todo el mundo a recoger el agua o esperar cola.
Los inviernos eran largos y muy duros, los marineros no ganaban dinero debido a los temporales, no podian salir a pescar y no habia otro medio de vida, por tanto lo de la pobreza lo achaco mucho a esto que acabo de comentar.
Es posible que tiempos atrás hubiese hambre, pero yo creo que en toda Galicia, no solámente Muxía, ¿es que acaso nos olvidamos de la emigración hacia los paises sudamericanos?, hay familias enteras del concello que no han vuelto a ver a sus familiares, pienso que esto, si es pobreza, el hambre es otra cosa.
Creo que Muxiana es de mi generación y esto lo recuerda, Anónimo es un poco mayor que nosotros por la época en que situa sus comentarios.
!!!Que bonito hablar de tu pueblo!!!
Un saludo para Mª Amélia y todos los Muxians.
Muxiana dijo...Hola Anonimo y Muxian.
POr favor Anonimo ponte algún nombre para que podamos dirigirnos a ti de forma más personal que parece que hablamos con los cien anonimos que hay en este blog.
Es cierto que parece que no hay gente de Muxia que escriba en este blog y es una pena ya que creo que podriamos convertirlo, con el permiso de Mª Amelia y con su inestimable colaboración, es una lugar en que todos recordasemos la historia de nuestro pueblo y hacer asi un pequeño homanaje a nuestros mayores.
Yo tambien recuerdo las colas en el "Cabo de Vila" para recoger el agua en la fuente y como despues metiamos los cubos en unos carritos que arrastrabamos hasta casa y el cine de Engracia con aquellas peliculas viejisimas, pero la pelicula era lo de menos, lo bueno era lo bien que lo pasabamos cuando todas las pandillas nos encontrabamos en el cine (ya casi no me acordaba de la musica que ponian antes de la hora de la pelicula)y las meriandas de Moraime ¿las recordais? el pueblo quedaba vacio y todos no ibamos a merendar a Moraime el dia del Carmen o a San Roque un par de samanas despues.
El lugar donde dices que estuvo correos no se si te acuerdas pero antes fue una tienda, la dueña era una señora que se llamaba Juliana y que era la madre de Carmela la de correos y hermana de Clementina, la casa era muy parecida a como esta ahora pero su huerta llegaba a la calle posterior.
Bueno por ahora tengo que dejaros.
Mª Amelia a ver si tu nos cuentas algo del pueblo.
Muchos besos.
Muxian dijo... Muxiana: La casa de Carmela que mencionas era de su abuelo Laureano Barcia, vendía bocadillos de sardinas y nos vendía un refresco especial hecho por el, gaseosa con un poco de jerez, amén de los cuentos que nos contaba,era una persona especial, tenía buen caracter y todos los domingos pasábamos a visitarle y a probar su bebida.
En casa de su hija Clementina había también bar, yo recuerdo que hacian unos mejillones exquisitos y las tazas del vino ribeiro que servian, aquí también recuerdo salón de baile, habia mucha gente de Muxia los domingos tomando tapas en este bar.
Otro bar que daban tapas era el de Justo, tenía una cocinera especial, creo que se llamaba Sra. Júlia, luego lo cogieron la familia de los Insua, con Canducho atendiendo la barra, los futbolines estaban dentro y nos dejaba pasar a jugar, hacia vista gorda, (es una buena persona).
No podía pasar por alto la TV, los de mi generación la veiamos en casa de los de Novás, la serie Bonanza los domingos por la tarde, era la única TV que había en el pueblo y le llenabamos la casa con tanto niño, eran muy generosos.
Tira de los recuerdos que yo abro el camino.
Un saludo para todos, inclusive Mª Amélia
margaritas dijo...Yo tambien veia la tele en casa de NOVAS,y bailaba en la puerta del cine de Engracia, y no se si recordareis la cancion que empezaba asi: cuando voy por esos campos y me fijo en los laurelesssss
soy la que entraba de anonimo, que me bautice con el nombre de la bonita playa de las margaritas.
un saludo y espero seguir en contacto
María Amelia dice:Pues yo sí, yo recuerdo a Muxía sin agua, pero después mi tío
Manolo Lastres tenía agua que venía de Chorente. Yo no sé si la trajo él a Muxía, porque el primero que se puso con el agua corriente fue Manolo Lastres. Ahora, no sé si la pago él, o la pagó el ayuntamiento, o como fue. La de él la pagó el para que viniera y después no sé que harían lo demás. Después todo el pueblo cojió agua de Chorente.
Me acuerdo de las colas de Cabo da Vila. Pero mi
Tía Quiteria tenía un pozo que se podía beber el agua. Y nosotros nunca carecimos de agua. Luz eléctrica sí que no teníamos, era de carburo, mis tíos tenían una instalación de carburo y el único que tenía luz eléctrica en Muxía era
Tío José Lastres, que vivía en la plaza. Aún está la fachada toda igual como la tenía mi tío, aún existe hoy.
Y yo al cine de
Engracia, sé que había un cine pero no fuí, porque yo en verano me gustaba salir a la calle en Muxía y en el invierno no estaba. Así que no puedo hablar de ese cine de Engracia.
Ahora, a Moraime, sí, iban mucho las de
Novás al Carmen. Porque una vez fueron a comer allá y Muxía quedó desierta. Yo estaba sólo en casa de
Tío Manolo, y
Tío Balboa quería ir a Moraime. Y fuimos dando un paseo hasta Moraime. Y al llegar nos encontramos a las de
Novás y comimos con ellas. Eso es lo que recuerdo de Moraime.
Muxía progresó como todos los pueblos. Además, Muxía vive de la pesca y el marisco, y ahora vaya barcos que tienen. Y yo me alegro mucho de que eso vaya para arriba. Yo no hablo de la pobreza de Muxía. Había pobreza, pero también la había en Corcubión, y Finisterre mucho más que Muxía. En Finisterre fué terrible porque vivían del mar también y eran lanchas a remos.
Pero ahora es otra cosa. Finisterre mira que bonito está ahora, está precioso. Es un pueblo marinero muy bonito. Y Malpica también, es que todos los pueblos vivimos atrasados. No estaba España tan adelantada, no pongamos sólo a Galicia, porque yo tengo ido en coche por Castilla y quedar pasmados como vivían. En casas muchas veces que hasta ni eran de piedra, que con la lluvía se deshacían. En todos los sitios hubo pobreza. Hoy gracias a Dios se vivie muy bien, admirablemente.
¿Y de Muxía dice que yo no hablo?. ¿Qué voy a hablar?. Ya hablé de todo, que era una preciosidad, Hablé de los dos paseos que hicieron tan bonitos los dos, el de atrás y el de delante son dos paseos marítimos preciosos. Y Muxía es otra cosa ahora, claro, porque la entrada la hicieron tan bonita que al entrar parece que va a entrar en una ciudad.
Muxía es mi sueño dorado. Porque yo le quiero mucho, son mis raíces. Mi bisabuelo fué médico de Muxía. Tenía una casa en la plaza de piedra preciosa, antiquísima, eran dos casas unidas. Después la tiraron.
Y
Juan José Mosquera tiene una casa preciosísima, donde voy yo a pasar dos meses y medio de verano, que lo paso admirablemente, porque tiene una vista que es una preciosidad. Y lo paso muy bien, porque ese pariente mío es como un hijo mío, y en su casa estoy como si estuviera en mi casa. Y allí paso el verano.
Lo que pasa es que a mí me gusta Muxía, sino iría a Corcubión, a Malpica, que también me gusta, estuve en Laxe...yo en el verano a veces recorría Laxe, Malpica, me gustaba variar, pero a Muxía nunca lo dejé. Siempre fuí, y ahora voy más porque ahora ya no puedo ir esos sitios.
Y voy a casa de Juan José, que lo quiero muchísimo y él también me quiere a mí. Y la mujer también la quiero mucho, y la suegra y el niño. Y hacemos una familia en Muxía. Y estamos juntos. ¿Qué ellos salen?. Yo a veces no salgo, ahora que a veces nos lleva en coche. Y vamos a comer a Sardiñeiro, a Finisterre, a Estorde...
En Muxía tambien vamos a las playas, que son bonitas. La gente va mucho a La Cruz, porque ahora el Coído tiene muchas piedras. Pero el Coído es un sitio abrigado del norte y La Cruz no. Entonces, claro, vamos más al Coído cuando hace viento.
Cada pueblo tiene su encanto y donde se nació siempre se le quiere. En el verano era toda mi familia. Cada día comía en una casa, porque todos me invitaban a comer. Yo iba para casa de
Tía Josefina y
Manolo Lastres. Y alguna vez escapaba para casa de Aquilinucha, que le quería mucho, era mi prima hermana también. Como
Fina Lastres, era prima hermana.
Tanto con la familia de mi padre como la de mi madre, porque nos llevábamos todos admirablemente. ¡Aquello sí que era familia!. Nos reuníamos todos los hermanos de mi padre en Muxía, en casa de mi tío
Manolo Lastres, que era una casa enorme. Y allí parábamos todos.
Y también íbamos a casa de
Tía Quiteria, y
Tía Flora. A veces, dormía allí, con
Tía Flora, yo creo que fue la tía que más quise de las de Soliño. Y lo pasaba muy bien con
Tía Flora, me contaba cuentos, y tenía unas mecedoras con las que jugábamos
Lolita Balboa y yo. Y nos daba una meriendita porque era cariñosísima. Era una santa. Yo la sentí muchísimo cuando murió, la echaba en falta cuando iba a Muxía.
Y yo, a veces, en la terraza de Muxía, estoy pensando. Como quedo sóla a veces, pues pienso, Dios mío, los de
Balboa estaban ahí cerca, mi abuela ahí tan cerca en el Ayuntamiento, que era la casa de ella,
Tía Quiteria,
Tía Aquilina... casi todas las casas eran de mi familia.
La casa de
Tía Aquilina, que el marido era médico, y dejó la casa a los de Rey, y la donaron para el pueblo. Esa sí. Vaya casa más linda. Está preciosa. Cuando voy a misa y vengo en el coche a cojer el pan al Bures, veo la casa de Tía Aquilina y me recuerdo de todas las veces que iba allí. Sobre todo cuando me dolía la garganta, que padecía mucho de la garganta de niña. Y me curaba Tía Aquilina. Como el marido era médico, ella parecía una enfermera. Y me curaba la garganta.
Así que tenía una familia fabulosa y cariñosa.
Y también tuve a
Fredeslinda, y
Marujiña. Fredeslinda era prima hermana de mi hermana. Siempre íbamos a ver a
Tía María, a
Esperanza y a
Fredeslinda. Y yo le daba besos a Fredeslinda, que estaba un poco enferma, y ella decía: "Non me des bicos, que a tua nai non quere, eu pódoche contaxiar miña nena. Non me des moitos bicos e non estés tan encima de min.". Porque yo me abrazaba a ella y le quería. Creo que su marido se llamaba Paco, porque tenía un hijo que se llamaba poco.
Marujiña murió y todos mis parientes de Muxía. No quedó uno. También trataba a
Natalita Puertas, que era camarera de la Purísima, ella y
Aquilinucha. Y yo les iba a ayudar, íbamos a arreglar la Virgen a la Barca.
¿Y qué quieres que te hable más de Muxía?
Me acuerdo del Gaiteiro de Soutelo, que iba a tocar por la Barca, que era un gaiteiro precioso. El que tocaba la gaita me parece que era abogado, un choco estupendo... Y la Banda de Isabel la ctólica, siempre hacían unas fiestas fenómenas en Muxía, siempre tuvieron fama.
Y buena gente que eran. Me acuerdo de un tal
Mejuto, no sé si era barbero o lo que fuera, vivía enfrente de la casa de
Tío Manolo. Y ahora la casa la tiraron e hicieron una casa grande y buena. Todo cambió en Muxía.
Me acuerdo de otros que eran muy guapos que vivían enfrente de la casa de
Tía Aquilina. Que la hija se casó con un guardia y fué a vivir a Corcubión, que se llamaba ella
Catalina. Y se casó con un guardia. Y tuvo 3 hijos, estaba gordísima y andaba con dos bastones que no podía andar. Y dijo ella: "Es que voy a tener 2 mellizos". Y le dije yo: "¿2 mellizos?. Por eso estás tan gorda.". Era un fenómeno de gorda.
Y cuando estaba en casa, vino
Don Cándido, que era el médico de Corcubión, y le dijo a mamá:
- Lola, ¿No sabes el acontecimiento de Catalina?
- Sí, ¿dió a luz luego? ¿y dió los dos hijos?
- No, Lola, dió tres.
- ¿Qué me dices? ¿Tres?. Ay Dios mío, tres, hay que trabajo, pobre mujer.
- Pues sí, ella tan contenta, pero el marido cuando le dije uno, dos y tres, se desmayó.
Y esa era muxiana. Y yo basta que fueran de Muxía, siempre hablándoles. Y tenía unos hermanos muy guapos. No sé que serían de ellos. La casa aún existe, es de piedra baja, y esas casas no las tiraron. Están preciosas.
Todas esas casas de piedra y algún cruceiro las hizo mi abuelo Sebastián Soliño. Y cuando los hijos se marcharon para Cuba, que
Tío Ramón fué de niño, dijo:
-Mamá me marcho, que yo voy a ser un hombre de negocios.
- Meu filliño, tú eres muy listo, y sé que te has de a abrir camino, pero hombre de tanto negocio como dices no serás.
Pues lo fué. Fué uno de los financieros más importantes de la Habana. Yo ya lo sabía, porque vino con mucho boato aquí a La Coruña, que alquiló todo un piso del Atlantic. Traía 8 hijos y tenía 11. Y vivían a todo gas. ¡A lo que llegó mi tío, que no era nada!. Empezaría barriendo. Y a lo que llegó, a ser un gran capitalista.
Una vez mi madre y yo estábamos viendo la televisión y oímos al de El Corte Inglés hablando de
Ramón Soliño. Y entonces dijo: - "Mire yo también a lo que llegué, a lo de El Corte Inglés. Y yo era dependiente de el almacen de él en la Habana. Y no le hice una cosa al derecho y me dijo él señor Soliño: Tu nunca llegarás a nada.". Y mire ahora, si ahora ve el Señor Soliño como estoy." porque claro, el de El Corte Inglés era ahora un potentado.
Y el del
Sello Yer, que era pariente nuestro, descubrió eso del Sello Yer. Y no tenía dinero para derle publicidad. Y le prestó, en aquel tiempo, me parece que un millón y pico de pesetas. Y una vez el marido de
Fina Lastres, hablando de los de Rey, me cuenta eso. Y digo yo: "Pues mire, ese que le prestó los cuartos a
Emilio Rey, que se casó con
Melania, era hermano de mi madre". Ramón Soliño fué.
Llegaron a Cuba. Primero fué
Tío Ramón, después fue
Tío Gabino, que hizo capital también, pero
Tío Ramón mucho más. Tenía 11 hijos. Ya cuando tenía los 11 iba a La Coruña, y se estableció allí. Pero vió que no daba tanto y, en vez de el coche de caballos que tenían, ya llegaban coches turismo de esos, y dijo: "Me voy, porque yo no voy a andar en coche de caballos, quiero andar en turismo." Y dijo la madre: ¿A donde vas, hombre, con 11 hijos?. Dijo él: "Voy a ser más rico." Y se marchó y fue cuando se hizo tan millonario.
Era un hombre muy competente y mandaba limosnas para los pobres de Muxía. Yo era una niña, de 10 o 12 años, y oí hablar a mi abuela, que decía. "Xa chegaron os cartos da Barca, de Tío Ramón. Pero mira o que pon aquí. Gabino non dí nada, manda para os pobres y para os que están enfermos". Y Tío Ramón le ponía: "Te mando el dinero ese para que des a quien trabajó y ahora no pueden trabajar. Porque a mí los que no trabajaron no me dan pena, me dan pena los que trabajaron y que ahora estén malamente." Él decía así siempre. Y la abuela decía: "No hay que decir así, es para todos, para todos...". Yo era una niña y oí eso en casa de Tía Quiteria.
Eran buena gente los hermanos de mi madre. Como ellos no eran ricos, pues... Y después al padre lo sacaron del trabajo, no querían que anduviese trabajando en piedra porque era muy malo para el pulmón. Entonces le mandaban cantidades de dinero para que compraran encajes y se los mandaran a él. Entonces dejó de trabajar y trabajaron en encajes, y después vivían muy bien, porque yo ya los conocí en muy buena posición. Con una casa muy bonitiña que aún existe hoy. Y una huerta grande, llena de claveles.
A la vuelta de de
Tío Gabino, a la mujer no le gustaba Muxía, y dijo: "Gabino, yo quedo aquí en Muxía mientras tu madre viva, porque tu viniste para estar con ella, pero si ella falta yo voy a vivir en La Coruña que me gusta mucho." Y así fué, pero estuvieron poco tiempo. Amueblaron en Rubine una casa preciosa, la tenían a todo gas. Vinó una pulmonía, lo barrió y ella se metió monja.
Muxía lo que adelantó. Está preciosa. Ahora me faltan unos meses para ir.